La palabra vainilla se obtiene del diminutivo de "vaina", ya que de una vaina de orquídea se obtiene el delicioso saborizante. El término se popularizó así y se heredó a numerosas lenguas: vanille en francés; vaniglia en italiano; vanilla en inglés y vanille en alemán.
Merece la pena mencionar que, a su vez, "vaina" comparte su raíz etimológica con "vagina".