La palabra café tiene su origen en el árabe Qahwah ("estimulante"). Al parecer de ahí pasó a su versión turca: Kahveh y finalmente al italiano Caffè, antecedente directo del uso en español.
Como curiosidad vale anotar que -como juego lingüístico- se ha señalado que CAFÉ puede ser un acróstico de las propiedades mismas de la bebida en su forma ideal: Caliente, Amargo, Fuerte, Espeso.