Uno de esos ejemplos del curioso devenir de las palabras: amígdala hoy nos suena demasiado académica para referirnos al singular de "anginas"; sin embargo, un nombre tan "técnico" fue seguramente una manera popular de llamarle a ese órgano debido únicamente a su forma, ya que amigdala (a su vez, de origen griego) es la equivalente latina exacta de una palabra que aún conservamos en el español: almendra.